La clase obrera va al paraíso.
Métodos y tiempos en el cine.
por Bruno Pedro De Alto
El 6 de diciembre de 1994, recorría el andén de la línea Mitre, en Retiro. Como solía hacer ese recorrido en forma periódica era lógico entonces que algunas imágenes, por repetidas, se hicieran familiares. Una de ellas es un canillita parado sobre el andén voceando las quintas ediciones, siempre del mismo modo: "Quinta, diarios; hay importantes noticias...". Por cierto, los diarios traen importantes noticias, pero eso de vocear todos los días "hay importantes noticias...", me resultaba simpáticamente chanta. Sin embargo, ese día un título en la portada de la Razón, me tocó: "Murió Gian María Volonté".
No compré ese diario, pero me lo propuse para el día siguiente. Al día siguiente, tampoco lo hice. Con el paso de los días la noticia dejaba de serlo, pero mi sensación de haber perdido algo, crecía. ¿Quién era Gian María Volonté?
Volonté fue (es) un actor italiano, que nació en Milán en 1933.
Su educación y sus primeros pasos actorales en grupos aficionados se iniciaron en su ciudad natal. Luego viaja a Roma, con dieciocho años de edad, para estudiar teatro. Egresado, con otros compañeros de promoción, forma una compañía teatral dedicada a mostrar obras comprometidas política y socialmente.
Paralelamente, en sus momentos iniciales, trabajó en teatro clásico, en televisión, y también en los recordados spaghetti-westerns.
Sin embargo, su concepción de la vida y de la actuación lo impulsaba a extraordinarios papeles actorales dentro de una época comprometida. El cine europeo de las décadas del `60 y del `70 lo cuentan como uno de sus máximos exponentes. Es protagonista en "Investigación de un ciudadano libre de toda sospecha"; "La clase obrera va al paraíso"; "Sacco y Vanzetti"; "el Caso Mattei"; "Cristo se detuvo en Eboli"; etc.
Afiliado al partido comunista italiano, llegó a ser electo diputado por el Lazio, aunque sin embargo renunció al cabo de dos meses.
Nuestro cine lo contó en 1992, participando de "Funes, un gran amor", el film de Raúl de la Torre, actuando junto a Graciela Borges y Pepe Soriano.
Murió el 6 de diciembre de 1994 en Florina, Grecia, mientras rodaba una película, tenía 61 años (1).
Sigo sin contar el porqué de mi vacío.
Gian María Volonté interpreta al obrero Ludovico "Lulú" Massa, en la película "La clase obrera va al paraíso" (2). Ambientada en la fabril Milán, durante 1968, Lulú es obrero metalúrgico de la BAN, ficticia empresa de autopartes.
Años de crisis. El modelo de acumulación económica empieza a deteriorarse. El sistema de aliento a la producción, basado en los premios y primas, cada vez convence menos a capitalistas y a obreros. Los primeros, presionados por los Estados y por los Sindicatos, deben aumentar los salarios y los premios, para hacer más atractivo estos sistemas. Los segundos, preocupados por el círculo vicioso que significan estos sistemas, pues deben trabajar más para ganar más, a expensas de su salud y de su tiempo.
Sueños, utopías, sindicatos organizados, producción en serie; la época de las "huelgas salvajes" en Italia.
Lulú, es un marxista dormido, tiene un retrato de Stalin guardado en su ropero. Ha aceptado las reglas del juego del sistema: mejora su salario como tornero imponiéndose un ritmo de trabajo infernal, el más alto de toda la sección. En una antológica escena, Lulú les cuenta a dos bisoños operarios cual es su secreto: se imagina que cada pieza que tornea es la cola de Adalgisa, su virgen compañera de trabajo.
Sus conductas dejan de lado la solidaridad, se presta como referente para marcar los ritmos de cada una de las máquinas, que son por cierto imposibles para sus compañeros. El técnico "tomatiempos" con cronómetro en mano, es un alcahuete insoportable y lo admira como obrero. Lulú se tortura pensando porqué le dicen "chupamedias" del patrón: "El patrón no existe en la fábrica, es una sociedad anónima..."
Lulú sufre las consecuencias de la vorágine de los premios por producción: pierde un dedo; el torno lo mutila de por vida. Empieza la lucha, los obreros contra la empresa y sus sistemas de remuneración por rendimiento y Lulú contra su propia conciencia.
Se ganan los conflictos, contra la empresa y contra la conciencia. La solidaridad de clase condujo a la victoria. La escena final de la película muestra que, sin embargo, al reiniciarse las tareas, los obreros que impulsaron el conflicto y el mismo Massa, han sido trasladados a la línea de producción continua. Trabajan en serie, el ruido les imposibilita la comunicación. A pesar de ello, están felices.
Lulú Massa les cuenta un sueño que tuvo: "Estaba yo detrás de un muro y me dijeron que detrás del muro estaba el paraíso. Yo golpeaba, y golpeaba el muro; hasta que se derrumbó...", "¿Y que había detrás del muro, -le preguntaron los compañeros que apenas entendían el relato a causa del ruido- que había? Lulú se ponía serio y dice: "Nada. No había nada, estaba la niebla y estábamos nosotros".
"La clase obrera...", es una película con la cual trabajábamos un grupo de profesionales dedicados a la formación sindical de delegados en la Unión Obrera Metalúrgica, Seccional Quilmes. Gian María Volonté, nos acompañó durante esa etapa. Cuando volvamos a repetir esos talleres, se explicará en parte mi vacío: se me fue quien me ayudó tantas veces a pensar.
Los obreros de Quilmes veían la película; se reían, se preocupaban, se indignaban, acusaban a Lulú de carnero y de ser usado por la patronal, reflexionaban, comparaban y decían "en todos lados es igual". Pero fundamentalmente me enseñaron a entender la escena final de la película.
La clase obrera de Quilmes.
¿Pero que le estaba pasando a la clase obrera de Quilmes en aquel entonces? De aquella experiencia, se generó una investigación (4). Rescatamos algunas definiciones, que nos permiten entender lo que sucedía:
- "Se están realizando importantes cambios en las empresas metalúrgicas de la zona. Una verificación de esto es el nuevo discurso de los empresarios: Dumping, polifuncional, incertidumbre de los mercados, mejora continua, competitividad, productividad, Just in Time, flexibilidad, etc. Estos términos impulsados por las empresas, empiezan a adueñarse de la terminología de los trabajadores.
- Los cambios son presentados y fundamentados en razones tecnológicas, en el progreso y en las leyes de mercado, es decir siempre razones externas a la empresa, nunca por interés propio. Quien las cuestiones corre el riesgo de aparecer como retrogrado o ignorante.
- La mayoría de los cambios son de baja inversión, pues se trata de la aplicación de cambios en la organización y la gestión -tecnología blanda-; muy pocos son los casos de inversión en tecnología y máquinas
- A pesar de ello, los aumentos de productividad son grandes. En casi todas las empresas se produce más o igual que hace cuatro años, pero con menos personal. La ocupación del sector cayó un 17%; la productividad aumentó un 30%. No hubo aumentos de salarios."
Se estaba dando allí un proceso de reconversión industrial (3).
La realidad del sector metalúrgico de Quilmes, no podía ni debía, extrapolarse al país. Sin embargo la advertencia era grande: la reconversión del sector -especialmente las Pymes- se apoyaba en la expulsión de la mano de obra; la aceleración de los ritmos e intensidad del trabajo; y una disminución del costo laboral en salarios. Dicho de otra manera, un importante aumento de la productividad del trabajo, casi sin inversiones, ni distribución.
La clase obrera de Ushuaia.
Mientras se hacía aquella experiencia - 1991, 1992, 1993 - el mundo obrero empezaba a estallar. Un conflicto muy duro fue el de Ushuaia que se instaló fuertemente en la opinión pública. El drama de los obreros sale por televisión. Se transforma en noticia. Casi 100 empleados de la empresa Continental Fueguina quedan en la calle (isla). La represión y la muerte de Víctor Choque, un obrero de la construcción.
¿Los obreros van al paraíso? Si a Lulú le habían dicho que detrás del muro estaba el paraíso, y solo se encuentra niebla y obreros desorientados... ¿Cual es el paraíso?
Gian María Volonte lo sugería desde la pantalla. Los obreros de Quilmes me lo explicaron. Los obreros de Ushuaia se lo explicaban al país. El paraíso no es un lugar; sino que es una situación: la lucha, el estar juntos y resistir. Después la nada, la niebla, y volver a empezar.
A propósito, el 6 de diciembre de 1994 Volonté dejó el paraíso. Quienes quedamos en él lo extrañamos.
Notas:
(1) Ámbito Financiero, 7 de Diciembre de 1994. "Murió Ayer en Grecia Gian María Volonte".
(2) "La clase obrera va al paraíso", es un film de Elio Petri, con Gian María Volonté y Mariangela Melato. Recibió el 1er Premio a la mejor película en el Festival de Cannes. Se la puede encontrar en video y en DVD. En Yuotube un fragmento extraordinario: http://www.youtube.com/watch?v=ta4Ur9Tn17I
(3) "La reconversión entra en escena"; por Bruno Pedro De Alto, de próxima publicación en este blog.
(4) Gonzalo Chaves. "La reconversión en la industria metalúrgica de Quilmes"; en Reconversión y Movimiento Obrero, publicado por CIPES en 1995.
2 comentarios:
Me parecio el mejor de hasta ahora. felicitaciones
Que bueno Bruno, gracias por estos aportes que nos ayudan a seguir comprendiéndonos como clase trabajadora.
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